La historia del café en Puerto Rico ha estado intrínsecamente relacionada a la evolución y desarrollo del
país. Esta isla caribeña de casi 4 millones de habitantes es mundialmente conocida por sus playas y piñas
coladas. Pero muchos ignoran que dentro de sus fronteras hay enormes montañas frondosas que albergan
plantaciones de café de alta calidad.
Actualmente en Puerto Rico hay cerca de 22.000 personas que se dedican a producir café, y todas ellas tienen
el mismo deseo: ver crecer a su industria que tiene casi tres siglos de tradición ininterrumpida. Descubre a
continuación más sobre la historia del café boricua.
La historial de café boricua comienza con la llegada de esta plata a la isla en el año 1736 de la mano de
los colonizadores españoles. Para 1800 la agricultura en el país se vio impulsada por la llegada de nuevos
inmigrantes provenientes del mediterráneo, quienes se instalaron en el pueblo de Yauco y para 1860 ya tenían
dominada la producción de café en la isla.
El café producido por estos agrícolas era comercializado como un
producto premium en España.
A finales del siglo XIX dos huracanes sacudieron las costas puertorriqueñas, acabando con la industria
cafetera. Luego de eso la producción de café dejó de comercializarse como un producto de Colonia en Europa,
lo que acabó con la demanda.
Las plantaciones de café fueron reemplazadas por las de azúcar, hasta que esta
industria fracasó. A partir de mediados del siglo XX la economía en Puerto Rico pasó a estar más
industrializada y a descuidar la agricultura.
En 1950 se hizo claro que el nivel de consumo de café en el país superaba la producción. Hoy en día solo producen el 28% del café que consumen. Actualmente el país cuenta con 37,425 acres dedicado a la plantación de café porque el producto está creciendo en calidad y en cantidad. Los consumidores locales se están educando más, y los internacionales, coffee lovers, reciben las marcas de café puertorriqueño con brazos abiertos.
A pesar de que la industria cafetalera boricua no recibe los mismos incentivos económicos que las de otros países, digamos Colombia; es cierto que existe un creciente interés en los productos agrícolas Made In Puerto Rico. La historia del café boricua está lejos de terminar de ser contada.
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